REFLEXIONES.
Profesora Antonia Muñoz.
¡Simplemente porque no procedemos
de la manera correcta ni en el orden correcto! Esta respuesta descarnada y
frontal no significa que haya brincado la talanquera, todo lo contrario; porque
sigo siendo la misma chavista de vocación y de convicción que muchos reconocen,
es que estoy harta de que alguna gente oiga, pero no escuche. Oyen porque les
funciona perfectamente el órgano de la audición y el nervio auditivo transmite
las señales sonoras al cerebro. Sin embargo, por falta de humildad no les da la
gana de escuchar, y además, porque todavía no han caído en cuenta que en
Venezuela tenemos una Democracia Participativa y Protagónica. Me permito
aclarar que el tono de esta reflexión también refleja la frustración de una
educadora que desde enero de 1980 hasta principio del 2000, dedicó su vida a
formar Ingenieros en Producción Animal y a interactuar con ganaderos como
Extensionista. Después de la jubilación, ha seguido en la misma práctica y
prédica, pero pareciera que todas las recomendaciones caen al vacío. Simplemente,
no nos hemos hecho entender!! Ahora hablo en plural, porque somos unos cuantos
docentes de varias universidades del país que sentimos la misma desazón. En el
mismo orden de ideas, me permito recordar a quien pueda interesar, que gastar
dinero en un sector no siempre es INVERTIR JUICIOSAMENTE. Por eso, no es
suficiente informar sobre los recursos invertidos en el sector ganadero, sino
que es absolutamente mandatorio reportar los RESULTADOS obtenidos como producto
de la inversión.
Durante el mandato del Presidente
Luis Herrera Campíns (79-84) se lanzó un Plan de desarrollo lechero, basado
principalmente en importación de vacas lecheras pura de la raza holsteins,
traídas principalmente de los Estados Unidos. Uno de los estados de donde se importó
vientres lecheros fue de Wisconsin. Ya se podrán imaginar los resultados
finales: baja producción debido a que tales animales no podían adaptarse a los
calorones nuestros y a la alta humedad presente en el aire. Adicionalmente, mal
alimentadas, porque salvo honrosas excepciones, la mayoría de los ganaderos
creyeron que podían mal alimentarlas como hacen con las vacas criollas. Estos
animales también eran muy susceptibles a la garrapata y a la mastitis
(infección del tejido mamario debido a bacterias que penetran a través de los
pezones). No pongo en duda que haya sido un plan bien intencionado, pero
tampoco tengo duda que fue muy mal implementado, quizás debido a mal
asesoramiento debido a intereses creados y subalternos, y probablemente debido
a desconocimiento del efecto negativo de algunos factores climatológicos sobre
la fisiología de bovinos de clima frío. Estamos seguros que a ciertos
personajes, de esos que tienen la habilidad de ubicarse siempre a la vera del
poder, sólo le interesaba el negocio de la importación. A esos individuos, les
dan para importar vacas de 100 dólares y compran vacas de desecho a $ 50, así
por cada vaca se “embolsillan” 50 dólares. Los números aquí usados no son
reales, pero el latrocinio si lo es. Para nuestra tristeza, la corrupción
heredada de la IV República no termina de morir, y todavía la tenemos retozando
a sus anchas en la V República. Probablemente esto es muy duro para admitirlo,
pero es la verdad, y la verdad siempre es revolucionaria. Además, a esta altura
de mi vida, más que nunca tengo que gritar con José Gervasio Artigas: “CON LA
VERDAD, NI OFENDO NI TEMO”.
Aunque la importación de animales
no necesariamente supone corrupción; un plan de impulso a la producción de
carne y leche no debe comenzar por allí. Adicionalmente, muy a menudo se comete
el error garrafal de asignar los animales a los productores equivocados; porque
no tienen pasto ni agua para el consumo animal o para el riego de aunque sea
media hectárea de pasto. Mucho menos poseen plan de forraje conservado (heno o
silaje) para sus animales durante los 5 o 6 meses de verano. Otro error que
insistimos en cometer, es entregar los créditos por amiguismo y a productores
que no lo necesitan o a productores fantasmas, quienes simplemente usan el
dinero para cualquier cosa, menos para producir carne y leche. Aquí se cumple
aquello de: “No tiene culpa el ciego, sino quien le da el garrote”.
Generalmente ese garrote se paga con parte del crédito. El SEGUIMIENTO Y EL
CONTROL a los créditos agropecuarios, es de obligatorio cumplimiento si
queremos ser exitosos. Así mismo, es obligatorio que todos los estados con
producción agropecuaria tengan un EQUIPO DE EXTENSIÓN suficiente en número,
nivel técnico y compromiso político con la Patria para que haga acompañamiento técnico
y socio- político a los pequeños y medianos ganaderos que lo necesiten.
Finalmente, recordamos que los
créditos deben adecuarse a la necesidad de cada solicitante o beneficiario.
¿Para qué asignan un crédito para construir vaquera, corral y embarcadero, a un
productor que sólo tiene la tierra? Simplemente lo endeudan sin ninguna
posibilidad de pagar ese crédito porque la infraestructura es necesaria, pero
no puede ser la primera inversión. Esto es fácil de entender, pero hay gente
que ni sabe ni quiere aprender. Por lo tanto, si queremos defender el legado de
Chávez y avanzar hacia la SOBERANÍA AGROALIMENTARIA, cumplamos uno de sus
angustiosos mandatos, lanzado en aquel gabinete del 20 de octubre de 2012, el
cual conocemos como GOLPE DE TIMÓN: ¡EFICIENCIA O NADA! ¡CHÁVEZ VIVE.LA LUCHA
POR LA PATRIA SIGUE!
Guanare, martes 21 de julio de
2015.
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